martes, 31 de diciembre de 2013

Últimas horas del 2013...

Van pasando las últimas horas del 2013, dando paso al nuevo año, que ahora mismo es un libro en blanco que en breve comenzará a escribirse, desde el mismo instante que las campanadas comiencen a sonar. En estas horas miramos hacia atrás, revivimos capítulos buenos y malos de cada hoja escrita, y estas horas que nos parecían tan lejanas, ya están aquí. ¿Qué ha pasado en todo un año? ¿Cómo nos sentimos? Cada persona tiene sus vivencias, pero en común, lamentamos las pérdidas, rememoramos malos momentos, nos arrepentimos quizás de algunas cosas, nos sentimos orgullosos de otras, podemos sentirnos ricos sólo con sentimientos o pobres rodeados de riquezas. De repente, cae una lágrima, no de tristeza, si no de nostalgia, por algún gesto emotivo, un regalo, una mirada, una ilusión que te hizo sonreír en una esquina y brilló en tus ojos… cae otra lágrima, esta vez de tristeza, por la pérdida, los malos ratos, las decepciones, malas palabras, que hirieron tu alma y te hicieron sentir un alma perdida y errante, incapaz de llegar a la meta y conseguir el propósito…

Las ilusiones vienen y van, algunas se hacen realidad y otras se esfuman en el aire, y con ellas, las personas y cada cosa que vivimos con ellas, por ello, aunque no siempre las cosas sean como esperamos y queramos, y necesitemos que alguien o algo nos impulse a coger la pluma y escribir en el libro de la vida, le deseo a todas aquellas personas que conozco de siempre, a las que son relativamente nuevas, los que han pasado de ser compañeros a amigos, y los que siempre están en cada momento, bueno y malo, dando abrazos por cualquier cosa, ofreciendo una mano para ayudar y una sonrisa que mostrar, a todos: ¡Feliz 2014!


martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Navidad

En estos días todo el mundo muestra deseos de paz, amor, esperanza y alegría; cuando me preguntan qué le deseo a estas fiestas, sólo me sale dar las gracias a la vida por tener una familia que siempre está demostrándome su cariño, unos compañeros de trabajo que han estado siempre apoyándome, y unos amigos impresionantes que siempre son capaces de sorprenderme con algún gran gesto. Yo también le deseo unas felices fiestas a cada una de las personas que conozco, lejos o cerca os ofrezco un gran beso, un enorme abrazo, y espero que disfrutéis de estos días. 

Yo por mi parte seguiré agradeciendo tener a mi lado a tantas buenas personas, las cosas a veces no son fáciles, yo misma como persona a veces no soy nada fácil, pero siguen ahí, ayudando, ofreciendo apoyo, cariño, y consiguiendo arrancarme una sonrisa y ganas de seguir disfrutando de la vida; intentaré devolverles lo mismo, aunque será una pizca en comparación a todo lo que han hecho por mí.

¡Feliz Navidad!


sábado, 30 de noviembre de 2013

A contracorriente...

Es difícil caminar, y todavía más complicado avanzar cuando te das cuenta que vas a contracorriente, obligándote a entrar en callejones oscuros, silenciosos, desde los cuáles se ve el bullicio, el ir y venir de las personas… Intento de nuevo volver a la calle, caminar con los demás, pero tome la dirección que tome, parecer ser la inadecuada, la que de nuevo me arrastra al callejón solitario.

Camino y camino, pienso y pienso, y quizás ese sea mi destino, no ir con ninguna corriente, no estar en ningún sitio, pasar por las vidas de las personas sin dejar huella, sin que me vean, siendo sólo el fantasma que va contracorriente…

Es doloroso desear lo sencillo, tener el anhelo por aquellas cosas que los demás no valoran y dan por sentado, tan fácil para ellos, tan imposible para mí, que debo aprender a vivir entre mis lágrimas, a caminar aguantando los empujones y que me esquiven por ir a contracorriente.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Encadenada

La libertad es un derecho muy mal valorado por aquellos que lo gozan, el que es libre no lo sabe, aunque si analizamos la sociedad actual, muy pocos son de verdad dueños de sí mismos. Todos parecemos libres, sin nada que condicione nuestras acciones y sentimientos, pero de alguna manera, unas invisibles cadenas van determinando cada uno de los movimientos que hacemos, y sin darnos cuenta, caminamos siempre siguiendo la guía que esos eslabones nos dicen.

Prácticamente casi todos estamos atados, somos esclavos de nosotros mismos, de cada cosa que nos dicen… ¡Maldita normalidad! ¿Quién te ha dictado? Guiamos lo que hacemos por encajar, ser iguales a quien tenemos al lado, otro pobre esclavo al igual que tú, temiendo decir algo diferente sin saberlo, andando de una determinada manera sin darse cuenta… Eso es lo peor, la ignorancia, hacemos lo que se considera correcto porque así se dicta, así lo vemos, pero, a veces, te das cuenta que la realidad tiene varias caras, y dentro de esa rectitud, el camino puede diferir, puedes seguir el sendero de la normalidad…

Pero a veces todo puede ser demasiado tarde, y esas cadenas invisibles comienzas a verlas, y es cuando te das cuenta que tu camino no sigue la normalidad, debes seguirlo para evitar complicaciones, pero es un camino lleno de espinas y dolor, las cadenas cada vez aprietan más, ahogan, se están tatuando en mi piel, y lamentablemente me están guiando por un camino donde sólo conozco las lágrimas, viendo el de los demás, que aunque encadenados, parece que su condena es mejor que la mía.

Libertad, amplio concepto, aroma deseado, anhelo encontrarla, romper cada eslabón, hacerlo desaparecer, y poder caminar y respirar sin pensar en la condena, quiero mi propio camino, mis propios errores, y mis propios pensamientos… No quiero que nadie lo haga por mí, si me caigo, seré yo, si río, seré yo, pero que nadie diga lo que pienso sin que no sean mis labios lo que lo digan, o digan lo que hago si no ha sido mi cuerpo el que se ha movido… Sólo quiero mi alma libre.


sábado, 26 de octubre de 2013

Palabras a un extraño

No me conoces ni yo a ti tampoco, pero en este banco bajo la lluvia estamos los dos sentados y la desesperación hace que el silencio que habita en mí se rom
pa en mil pedazos y seas tú, por estar ahí sentado ahora mismo, el que escuche su estruendo. No espero que me entiendas, me parecería lógico que huyeras, pues sólo me ves llorar y llorar, sin encontrar palabra de consuelo...

Ahora que lo pienso, tampoco vas a ver mis lágrimas, sólo el reflejo de ellas que han mojado y corrido esta tinta, camuflándose con las gotas que han caído también sobre ella; Todos cometemos errores en esta vida, ahora mismo seguro que al leer la palabra "error" te ha venido alguno a la mente, alguna cosa que hiciste, o no hiciste, hace mucho o poco tiempo, de lo que te arrepientes y ya es tarde para arreglarlo. Nadie está exento de culpa, pero si algo he aprendido de la vida es que el tiempo lo borra todo, es como un leve viento que va arrastrando las hojas, las palabras, y sutilmente van desapareciendo las huellas, las sombras, hasta que desapareces tú...

No soy especial, no ganaré un concurso de belleza, y como todas las personas tengo mis manías, quizás demasiado carácter, quizás algo falló que hizo que en su momento no hablara lo que hablo ahora, no tuve valor para intentar arreglar las cosas, o al menos, cambiar las formas de hacerlas, aunque claro, el futuro incierto hace que tampoco pueda saber si en ese momento las cosas hubieran cambiado a como están ahora. No puedo darte consejos sobre cómo vivir o arreglar tus problemas, no soy la persona indicada, sólo puedo decirte que no dejes que el viento te borre ni borre tus palabras, intenta hacer o no hacer las cosas cuando puedas, y si ves un fallo, arréglalo lo antes posible, no esperes a ese traidor del tiempo, que también borrará las pistas para que el camino vuelva a aparecer... o quizás no...

Nunca me has visto ni nunca me verás, soy una persona como tú, con derecho a reír, soñar y hacer todas las cosas que hacen las personas normales, pero por traspiés de la vida, el mundo parece huir de mí, y a eso me deberé acostumbrar, a ser un fantasma entre las masas, llorando sin ser vista, gritando sin ser escuchada, sólo dejando estas palabras en esta carta a ti, un extraño.



 

martes, 15 de octubre de 2013

Falsas palabras

No existen promesas reales ni buenas palabras, el engaño la gran realidad, la amabilidad la gran mentira, y cuando te das cuenta estás en el fondo del abismo sin nadie a tu alrededor que te ayude, con todas esas dulces palabras rebotando en las rocas y haciendo que te caigan encima...

Ilusos los que se creen las promesas, esas falsas palabras disfrazadas de bondad que son como las balas de una pistola sin escrúpulos, o te haces con un buen escudo, o te dejarán en el peor de los estados. Si poco creía en el mundo, a partir de ahora voy a creer mucho menos, ya no existe la humanidad, ni siquiera puedo creer en las respuestas de las preguntas más sencillas, por puras y sinceras que parezcan...

Estoy cansándome de tanta ingratitud y maldad, de tantas balas navegando por mis venas y dañándome una y otra vez, de verme en el suelo sin poder levantarme, con miles y miles de falsas palabras haciendo eco en mi interior...

domingo, 13 de octubre de 2013

El desconocimiento

El no saber lo que otra persona está pensando o sintiendo complica las situaciones más de lo que creemos, y una simple palabra puede herir más de lo que nos podemos imaginar... Nadie es perfecto y nadie está absuelto de culpa en el juego de la maldad, pero cuando intentamos explicar las normas del juego, o desarmarlo, te das cuenta que la otra persona no quiere entrar en razones, y sigue hiriendo más y más...

No somos consciente del poder que tienen nuestras palabras hasta que vemos la reacción en los demás, pero seguimos siendo tan tontos que aun así no nos terminamos de dar cuenta hasta que nos pasa lo mismo a nosotros, y es cuando intentamos solucionarlo todo, indagar en lo sucedido, y nos damos cuentas del error cometido...

El impulso es irracional, la ira incontrolable, pero quizás el poder pensar unos pocos segundos antes de hacer cualquier cosa se pueda hacer, como una disciplina, el control de la mente y los sentimientos; Es complicado negar lo que el corazón llora o late, es difícil mandar silenciar esa neurona que sólo piensa y piensa, pero se puede intentar buscar el término medio para encontrar el camino que, aunque no silencie ni al alma ni a la mente, al menos se consiga ser inmune para no escucharlos y poder sobrevivir, sin hacer daño, y sin al menos ser conscientes de que nos lo están haciendo.

Siento la incomprensión rodeando cada poro de mi cuerpo, la misión frustrada de intentar hablar y encontrar solamente muros de piedra que no quieren escuchar, martilleando en mi cueva una y otra vez, tirando cada piedra sin ni siquiera intentar saber lo que quiero decir.



sábado, 12 de octubre de 2013

Impotencia

Agotarse por realizar un esfuerzo duro es como una recompensa, pero agotarse por estar en situaciones en las que no puedes hacer nada, pese a todo el esfuerzo, es el peor cansancio que existe, pues te das cuenta que da igual lo que hagas, sea mucho o poco, pues no está en tu mano arreglar esa situación que necesitas buscarle una solución.

Ira, miedo, pena... una extraña mezcla para definir la impotencia, esa sensación que hace que explotes por dentro, para destrozarte y no conseguir nada, de repente te sientes invisible, con ganas de gritar una solución, algo para que termine todo, pero sabes que si lo haces no conseguirás nada.

La desesperación es terrible, el ver como todas tus fuerzas sólo sirven para agotarte aún más genera tal frustración que lo mejor, creo, es dejar el problema y huir durante unos instantes para buscar soluciones, otros caminos que lleven al mismo fin, intentando abandonar ese sentimiento de impotencia que consigue paralizarlo todo...

No es de cobardes parar y pensar, ni huir para volver, es lo sensato para evitar complicaciones mayores cuando esa sensación de impotencia nos invade, pero no debemos dejar que nos consuma.



sábado, 28 de septiembre de 2013

Maldita realidad


El deja vù no es una pura sensación irreal, es la realidad en su sentido más cruel, pues el hecho de volver a sentir algo como si ya se hubiese vivido es cierto, así son las malas experiencias, el bucle incesante de la vida que te enseña que por muy ancho que sea su trazado, no debes olvidar que el final es el inicio, y que si no aprendes a que las cosas, lamentablemente, son así, volverás a llorar y a verte de nuevo en la cueva de la que nunca debiste salir.

Cada vez odio más a la luz, pues dejo que toque mi rostro y me ciega, para así poder hacerme daño de nuevo… Debería no considerarme ser humano, si no una especie de animal imbécil que siempre vuelve a caer en la misma roca, con el paso del tiempo debería haber aprendido a ser más fuerte, como una roca, para evitar ayudar cuando otros lloran, porque en el momento que seco sus lágrimas, desaparecen de mi vida para recordarme que sigo siendo ese animal torpe que, seguramente por ser como soy, sólo es recordado cuando hay un problema.

Deseo arrancarme el centro de los sentimientos, para así no sentir pena ni alegría, pues cuando aflora el entusiasmo, a continuación vuelve el dolor a destrozarlo todo, a ahogarlo en sus lágrimas, y a devolverme a la maldita realidad.


sábado, 14 de septiembre de 2013

Buscando la inspiración

Es extraño y perturbador cuando quieres hacer lo contrario a lo que, involuntariamente, tu mente hace sin consultar ni preguntar, parece que nunca va a aprender y vuelve a caer en lo mismo... Ilusa, yo creía que las neuronas se habían endurecido, que sus pequeñas conexiones se habían forjado más fuerte y sólo para las tareas mecánicas de la vida, sin opción a nada más, anulando la ilusión y los sueños...

Es complicado querer escribir sin tener inspiración, sin encontrar un camino qué seguir o mostrar, miro a mi alrededor y nada parece despertar esa pequeña llama que enciende a la creatividad; seguramente debería mirar dentro de mi, buscar en los recuerdos recientes, que aunque son agradables, deben quedarse almacenados, ocultos en algún rincón para que no dañen la estabilidad.... En ellos podría encontrar una fuente importante, pero como una vela, a la vista su llama es hipnotizadora, pero si la toco me quemo, como en otras tantas ocasiones. Miro mis manos con las cicatrices, mi corazón desea latir pero se lo prohibo, lo tengo encerrado en una caja y amenazado para que no haga ruido, mis ojos son de color eterno rojo de llorar, y las lágrimas, las únicas que parecen no agotarse, intentan no desbordarse, ahogándome por dentro.

La inspiración puede presentarse o buscarse, pero en ambos casos, me parece peligroso, pues la búsqueda puede ser mortal para los sentidos, y que se presente puede terminar de romper los pequeños hilos que me mantienen deambulando como una marioneta, notando el sol sin sentirlo, viendo la luna sin verla.

¿Dónde estará aquello que pueda despertar de nuevo mi alma? Mentiría si dijera que recientemente parece que ha revivido levemente, pero me siento con ella delante de la mesa y la máquina de escribir y, aunque sé que le duele, sabe que es verdad lo que le digo, que no debe soñar ni hacerse ilusiones, que esa inspiración que ha aparecido es sólo una imagen más, no es el camino ni la va a ayudar a salir de la cueva... Ella llora, y yo con ella, abandonando a la máquina de escribir, sin poder teclear nada, dolidas y rotas; a fin de cuentas, somos la misma persona, el mismo camino perdido, la misma oscuridad y la misma vida sin sentido que sólo busca una inspiración...


lunes, 5 de agosto de 2013

La hipocresía

Cuando las cosas parecen ir bien, de repente, como un hachazo, la confianza que depositabas en una persona se ve rota, dejándote en una situación de choque de la que, al principio, no sabes cómo reaccionar, una mezcla de rabia y dolor van creciendo en tu interior, hasta que explotan todos esos sentimientos y te dejan en el vacío, sin más camino que recorrer, con todo destrozado, tanto el andado como el que estaba por delante...

Existen muchas formas de ser, pero quizás, la más odiosa, es la de los hipócritas, seres vacíos de conciencia, que se encargan de llenar su alma a consta de las de los demás, sin escrúpulos a la hora de manejar las cosas, sin sentir pena ni dolor por utilizar a las personas y desecharlas como si fuesen un periódico viejo o un pañuelo usado...

Dolor y rabia, mala combinación para intentar pensar, pues cuando las lágrimas se secan por el calor que desprende la rabia, ésta se ahoga en las lágrimas que vuelven a resurgir, de manera que nada está claro, excepto la certeza de que te ya estás en el camino sin nadie que te acompañe cuando has ayudado  a otros a caminar por ese mismo sendero y sabes que necesitas ayuda para seguir...

Todo se nubla, corazón, vista y movimientos, sólo miras al camino roto delante, y al borrado detrás, sin creer que pueda ser verdad que te hayan utilizado, engañado y ahora no vean el destrozo que han hecho con sus frías mentes y deseos de superioridad, ¿y todo para qué? ¿para conseguir algo? Si el mundo funciona a base de hipocresía, ¿quién dice la verdad? ¿en quién podemos confiar?

domingo, 4 de agosto de 2013

Sin salida

Como su propio nombre indica, los callejones sin salida, son, efectivamente, calles que no dan a ninguna parte, sólo a un duro muro contra el que te puedes estar dando una y otra vez, que no se romperá, ni siquiera conseguirás hacerle el más mínimo daño... Triste es ver la realidad, mirar al pasado y ver lo que ha sido y lo que se es ahora en el presente, cómo otros han vivido y yo sólo he visto como vivían, y ahora, sólo soy parte de la nada abrumadora.

Llegado al punto donde la esperanza de cambiar parecía algo lejano, ya todo se desvaneció, y esa esperanza, aquella que dicen que es lo último que se pierde, ya no está, con lo cuál ¿alguien sabe qué queda ahora? Ya no hay nada en lo que creer, nadie en quien confiar, y en ese oscuro callejón lentamente me ahogo entre lágrimas y gritos; Podría, en un amago de reunir las pocas fuerzas que me quedan, intentar salir fuera, pero ya lo he hecho varias veces, y sólo me ha servido para meterme en otro callejón más estrecho y oscuro...

Ya no existe la esperanza para un alma perdida, aquellos que condenados en vida sólo nos queda ver a la gente pasar a nuestro lado, sabiendo que nunca seremos parte de alguien, que el leve recuerdo de aquellos que nos hayan conocido nos irán poco a poco olvidando, seremos el susurro a extinguir, la brisa que sólo pasa una vez, y el invierno será eterno en nuestros corazones sin alma.

En un rincón me quedaré esperando a que las sombras se lleven lo poco que quede de humanidad en mi, y me conviertan en el espectro que ya prácticamente soy, para seguir vagando entre las calles invisible, sin derecho a sentir felicidad, alegría o amor, sólo sufrimiento, llanto y desesperación.


domingo, 21 de julio de 2013

El dolor y las palabras

Es difícil hablar cuando no sabes las palabras, o las sabes y no las puedes decir porque el dolor te ahoga, te oprime de tal manera que no consigues ordenar nada de lo que tienes en la mente. Lamentablemente, aquel que dijo que hablar ayudaba no sabía lo que decía, o tuvo un golpe de suerte ese día y consiguió arreglar sus problemas, pero la realidad es otra, pues las personas opinan sin comprender, ofrecen sus vacías palabras sin ponerse en tu piel, consiguiendo el efecto contrario a lo que se supone que es ayudar, más bien, abren más la herida y ésta sangra aun más.

El dolor de ver que pides ayuda y que nadie es capaz de ofrecértela es peor que el dolor en sí que origina el problema, la sensación de soledad que te embarga es como si una tormenta de nieve te inundara de repente y no tuvieras abrigo para protegerte... Da igual que el sol más brillante esté luciendo fuera, que todo es oscuridad y tinieblas.

No sirve para nada hablar si no te entienden, las palabras parecen que carecen de valor, no se consigue que comprendan lo que pasa, y dan consejo sin sentir... Podrías estar en mitad de una calle abarrotada, que por más que grites, nadie te escuchará, aunque ya has gritado pidiendo ayuda y nadie te ha escuchado, sintiéndote en mitad de esa masa como el ser más insignificante del mundo, sin derecho a poder disfrutar, a obtener auxilio, a sentir... Todo sentimiento está prohibido, excepto el dolor y la desesperación, las lágrimas son las únicas que rozarán tus mejillas, y sabrás que los ilusos que ayudan a otros en sus batallas son los que después sufren y mueren en sus guerras...


lunes, 3 de junio de 2013

Ángel invisible

A veces me gustaría saber si en determinadas ocasiones, cuando la realidad se oscurece y oprime al corazón, si de verdad existe un ángel que nos protege y ayuda, para preguntarle por qué parece que nos abandona, o que al menos, se queda simplemente mirando sin decir nada, sin al menos, dar un aliento de apoyo...

Quiero creer que ese ángel invisible existe, que está ahí, pendiente en todo momento, y que cada cosa buena que me pasa se debe a que él se encuentra escondido y guía mis pasos hacia ese buen camino que me llena de alegría... lo que no logro entender es qué pasa cuando todo parece ir mal, de forma que hasta el camino desaparece, y si en condiciones normales no consigo verle, en esas ocasiones menos aún, siento como la soledad me inunda con todo su esplendor y me abraza con sus fríos brazos, no dejando, quizás, que mi ángel me ayude...

¿Dónde estarás en caso de que existas? ¿podré verte algún día? Se supone que cada alma tiene un ángel que le cuida, y si ahora estás a mi lado, quisiera pedirte ayuda, no sentir mi corazón abandonado, si no deseando ver tu luz para recibir su calor y poder ver el mejor camino para tener fuerzas y poder andarlo, no digo que sea fácil, pero pensar que sólo seas una invención de mi imaginación para suplir una realidad vacía es demasiado cruel y no puedo aceptarlo.... Quizás seas mi última esperanza, y ni siquiera sé si existes, pero esta soledad me está matando y este camino oscuro perdiendo mi alma sin encontrar la luz que la vuelva a guiar, así que por favor, enciende aunque sea una pequeña vela, para que sepa por dónde ir, por difícil que sea el camino, y duro que parezca, tendrá sentido si estás conmigo, aunque seas invisible, aunque nunca te vea, pero al menos, te sienta.


miércoles, 15 de mayo de 2013

El alivio de un abrazo

En determinadas ocasiones las palabras parecen carecer de alivio, no consiguen calmar nuestro dolor, ni quitar ese enorme peso que parece partir nuestro pecho hasta hacerlo añicos... Es más, muchas veces nada de lo que nos digan, no sabemos por qué, nos servirá de consuelo, sólo queremos llorar, no decir nada, ni escuchar nada, pues puede ser tan grande el dolor que bloquea cada uno de los sentidos, y no nos apetece nada.

Las lágrimas van derritiendo nuestro interior, destrozando todo lo que encuentran en su salado camino, hasta llegar al corazón y reducirlo a unas tenues cenizas que tienen miedo de volver a resurgir y hacer brillar sus llamas. De manera silenciosa, sin que se pueda escuchar por nuestros oídos, ese alma sangrante pide a gritos ser consolada de alguna manera, y a esa llamada silencio, no sabemos por qué, responde un abrazo... Sin pedirlo, sin hablar, sin ni siquiera saber si era exactamente lo que queríamos en ese momento, pero nuestro subconsciente, por suerte, lo necesitaba...

Esa sensación de sentirnos arropados, sin que nos digan nada, sólo notar que un par de brazos nos protegen de todo lo que nos ha hecho daño, nos ofrecen ese calor que parece abandonarnos, y nos da un poco de fuerzas para, aunque no hablemos, nos desahoguemos, aunque sea llorando, y así, aunque no se repare del todo nuestra alma, al menos, no va a más su sufrimiento.

De igual modo, cuando vemos un corazón roto, y unas lágrimas bordear una cara, y no sabemos que decir, esa persona, al igual que nosotros en algún momento, necesita un abrazo, ese pequeño gesto tan grande, tan barato y valorado, y no nos cuesta nada darlo, y sentimos como la otra persona se encuentra mejor, y nosotros, de alguna manera, participamos de su dolor, pero también nos encontramos bien por poder aliviar con un simple abrazo...


jueves, 2 de mayo de 2013

Sin cielo no hay estrellas

En determinadas ocasiones, cuando la duda parece envolver nuestra alma, de manera instintiva, miramos al cielo, buscando la respuesta en su aterciopelado y oscuro destino, entre sus pequeños diamantes allí engarzados, como si las estrellas, desde allí arriba, fueran capaces de ofrecernos esa respuesta tan ansiada.

¿Qué darán esos diminutos brillantes que muchas veces apaciguan nuestra alma? Son como pequeños resquicios de esperanza, que no podemos tocar, inalcanzables excepto en nuestra imaginación, pero que ansiamos ver y pasear entre ellos... Es como si cada sueño estuviera allí bordado, esperando a volver a ser acariciado por nuestros ojos, brillando en nuestras pupilas y despertando nuestra ilusión.

¿Qué pasaría si no pudiéramos tener esa esperanza? en la metáfora de la vida, el cielo sería nuestra base de ilusiones, el camino que queremos recorrer, y las estrellas, todo aquello que podemos encontrarnos y aprender, pero partiendo de lo básico, en determinadas ocasiones, estamos tan perdidos, que somos incapaces de ver las estrellas porque no colocamos un cielo para poder verlas.

El mundo puede dar muchas vueltas, y cada atardecer, en cualquier parte del mundo, es igual y diferente, de esa misma manera, son nuestras esperanzas e ilusiones, que vistas desde nuestro balcón, podemos atrevernos a soñar con pequeñas estrellas que nos lleven, no a ser quizás las mejores personas del mundo, pues siempre se puede seguir mejorando, pero al menos, a trazar un pequeño tramo que nos convierta en grandes humanos, capaces de colocar ese aterciopelado cielo todas las noches, y con paciencia y amor, bordar las estrellas de sus ilusiones, las cumplidas y las deseadas, pues de esa manera, conseguirá más que si no coloca nada para poder crear un camino, puesto que sin cielo, no hay estrellas...


domingo, 7 de abril de 2013

Escapar con la brisa

La brisa me sacude dentro de mi cueva, intenta de alguna manera que me levante de mi ataúd de rocas y mire hacia la entrada, a través de la cual, parecen entrar tímidamente hermosos rayos de sol; Casi engañada, me acerco sigilosamente, y cuando creo que puedo escaparme con ella, veo que fuera sigue estando ese extraño y cruel mundo que no me deja ser invisible, pues sólo quiero moverme en él sin ser vista, pasando desapercibida, escapándome de sus miradas como lo hace la brisa, la cual, juguetona, me invita a escaparme con ella...

Las horas siguen pasando, pero la brisa parece no cansarse, y sigue saltando entre mis cabellos, susurrándome al oído que deje de llorar y me escape con ella, pero no quiero ni puedo, sólo quiero seguir en mi cueva, no deseo que nadie me vea, pues aunque sea invisible para el mundo, éste me sigue viendo como un bicho raro, mostrándome todo lo que podría tener y no tengo, todo lo que podía amar y nunca podré querer...

Ya todo da igual, desearía poder escaparme con la brisa, ser libre para correr por todas partes, sentir como el viento acaricia mi cara mientras camino por la arena, y conseguir desvanecerme entre la gente como un fantasma, sin sentir, sin padecer, sin formar un cuerpo, simplemente, sin ser nada... Pero la realidad es otra, soy real, son física, tengo sentimientos, y unos ojos rojos cansados de llorar, a los cuáles, la brisa reseca las lágrimas e invita a que rían y se escapen con ella, pero ya han llorado tanto que han conseguido borrar hasta las risas, su brillo se ha apagado, y sólo desearían poder despertar y escaparse con la brisa, ese sueño imposible, esa verdad a medias, esa libertad eterna...


sábado, 30 de marzo de 2013

Marioneta rebelde

A veces busco en mis brazos los signos de los hilos que parecen moverme en muchas ocasiones, deben ser muy finos, casi invisibles, que me llevan contra mi voluntad, y por más que me resista, más se aprietan alrededor de mis miembros. Me gustaría saber cómo poder cortarlos, deshacerme de ellos, para que me dejen libre por mi playa y mi vida, sin tener que correr cuando ellos digan, abrazar cuando yo lo desee, bailar bajo la luna a a entrada de mi cueva cuando me apetezca...

En estos momentos me siento presa del mundo, el cual dice que soy libre, pero me tiene atrapada entre sus invisibles hilos, me ata a su antojo, y me lleva donde quiere, porque quiere hacerme formar parte de la masa que se conforma con lo que le dicen, pero en mi interior, mi verdadero yo, grita desesperado desde su prisión, pues no quiere formar parte de una falsa imagen, no desea seguir siendo una triste marioneta, desea rebelarse, y aunque le sangren las heridas, y le cueste trabajo caminar, quiere librarse de estas crueles cuerdas que no le permiten vivir en paz...

Quiero volver a mi playa y mi cueva, sin dar más explicaciones que la que los hilos de mi vida sólo los domino yo, a mi manera, que quizás es la peor de todas, no será la mejor, pero es la que mi corazón desea.... No quiero seguir moviéndome en una sociedad que no me deja pensar a mi antojo, y me obliga a hacer lo que ellos quieren y a su manera, sin importarles si los resquicios de mi alma rota sufren o no, si entre sus heridas hay lágrimas, sólo quieren silencio y que obedezca órdenes... ¡Deseo liberarme!



sábado, 23 de marzo de 2013

Empezar de cero

Es raro a quien no le haya pasado el verse en un entramado tan complicado que, de repente, un estímulo hace que todo se desvanezca, se borre, y se decida empezar de cero...  No se sabe muy bien lo qué ha sido, qué ha cambiado en ese precisa instante para que, al igual que una ola borra las letras escritas en la mojada arena, se despierte esa sensación de querer borrarlo todo de golpe, sin dejar rastro de su existencia, sólo el leve recuerdo que la brisa va moviendo sin dirección determinada, hasta que la noche termine de extinguirlo todo.

Nunca es fácil comenzar de cero, no importa la situación o si lo que dejamos atrás es más grande o más pequeño, pues para cada uno, es como una gran carga que no quiere desprenderse de ella, pero por otro lado, sabe que si la mantiene demasiado tiempo cada vez le va a pesar más, y costar más trabajo de separarse de ella, pues van fundiéndose con la piel, hasta que llega un momento, que es casi imposible de separar, y el dejarla, conlleva un gran sufrimiento, aunque, quizás merezca la pena, ¿o no?

No es más valiente ni más fuerte aquel que antes sabe cuándo comenzar de cero, si no aquel que lo hace en el momento que comprende por qué debe hacerlo y asume todas ventajas y consecuencias, pues de esa manera tiene la suficiente voluntad para volver a hacer un camino nuevo, diferente, con una maleta totalmente vacía para llenar de recuerdos... Al principio no habrá rumbo, probablemente ni camino, y todo sea un desconcierto, pero si el alma está libre y sin la atadura de un mundo anterior que sólo la estaba abrumando, disfrutará de cada uno de los paisajes, hará grandes viajes, vivirá grandes aventuras, y sobre todo, sabrá aprovechar todo lo que conlleva el empezar de cero.



domingo, 3 de marzo de 2013

Ahogándome en la responsabilidad

Si además de estar en blanco, veo que la lista de tareas empieza a acumularse hasta el punto que me siento como si estuviera en mitad del mar en plena tormenta, sin nada a lo que poder aferrarme, y cada vez, las olas empujándome más hacia el fondo, donde me rozan los corales de las responsabilidad y la voz de la conciencia se convierte en rocas que me golpean la cabeza por no poder asumirlo todo, es cuando quizás, en ese momento, necesite pararme y dejarme llevar a la deriva...

Puedo intentar luchar contra corriente, pero es demasiado fuerte; puedo intentar gritar, pero el agua de las tareas ahoga mis pulmones, y me cubre ya muy por encima de mi altura... ¿Qué puedo hacer? Intento bracear, subir, pero mientras más me muevo, más me hundo y me estrello contra las rocas del fondo, llegando a sangrar lágrimas de impotencia, mientras me golpeo una y otra vez, y las pequeñas heridas del coral escuecen con la sal del mar y mis lágrimas...

¿Qué puedo hacer? Me estoy ahogando sin tener agua, siento cadenas que tiran de mi hacia el fondo pero no las veo, algo me oprime el pecho y no consigo liberarme de la nada... Sólo se me ocurre una cosa, dejar de moverme, quedarme quieta e intentar que las olas me lleven a otro puerto, o al menos, esperar que las mareas se calmen para continuar mi cometido.



sábado, 2 de marzo de 2013

En blanco...

Nunca tengo problemas para escribir hasta que me piden que lo haga, justo en el momento que me piden que debo entregar algo escrito, la mente parece vaciarse en dos segundos, y no queda ni una idea dentro, todo se desvanece, y pasan las horas y la hoja que tengo delante mía, al igual que mi cabeza, están en blanco...

¿Dónde está ahora la inspiración que muchas veces parece no abandonarme nunca? ¿A dónde se han ido las palabras que antes formaban frases con sentido? Intento pensar y concentrar todas mis fuerzas en mi mente, para que así pueda de nuevo encontrar el hilo que teje todas las ideas... pero éste parece perdido, dejando mi telar vacío, mi rueca hasta sin aguja, sólo el silencio y la nada, sólo una página en blanco...

¿Y qué hago ahora para volver a despertar la llama de la inspiración? ¿Dónde estará esa brisa que vuelve a hacer que el ave fénix renazca de sus cenizas? Ahora mismo sólo veo la nada, el papel sigue en blanco, mi mente sigue en blanco, y mi mano no parece sentir nada que la haga, al menos, intentar escribir algo con sentido, sólo tengo ideas en blanco...





sábado, 23 de febrero de 2013

¿Medio lleno o medio vacío?

Un simple juego visual, un juego de la mente y el alma, que según cómo se encuentre, verá el vaso medio lleno o medio vacío... ¿Cuál será la verdad? Difícil de contestar, pues en la subjetividad del ser se encuentra un sin fin de respuestas a lo que parece una pregunta relativamente fácil...

¿Y si estuviera medio vacío? ¿Eso significa que te encuentras mal, con baja autoestima, que eres una persona negativa? no tiene por qué, quizás es que eres una persona previsora, que está viendo que necesita el vaso un poco más de agua para que esté lleno, por si en algún momento tienes que beber o lo necesitas, que no esté vacío... o quizás, es que quieres ser ahorrativa, y no quieres desperdiciar esa poca agua que queda para un futuro.

¿Y si estuviera medio lleno? ¿Eso significa que eres una persona positiva, llena de ganas de hacer cosas  y con muchos recursos para hacerlas? También puede significar ambición, el querer tenerlo todo, y si es posible que rebose el vaso para que así sobre y nunca falte...

Esté medio lleno o medio vacío, da igual por donde lo mires, aunque por preferir, la que siempre me ha gustado ha sido la opción de decir que está medio lleno de agua, y medio vacío de aire, y al revés, así hay para todos y se genera el equilibrio.


domingo, 10 de febrero de 2013

Desearía ir...

Desearía ir a donde nunca he ido, viajar más allá de mis sueños y superar mis pesadillas, mirar a mis fantasmas y reírme de ellos mientras veo como se esfuman como el humo de un cigarrillo, encontrando entre la oscuridad un rayo de esperanza y luz, o bien aprender de su belleza misteriosa y disfrutar de lo que me ofrezca.

Desearía ir a donde nunca he ido para vivir un sin fin de aventuras, conocer lo que nunca he conocido, y de esa manera, volver a revivir los latidos de mi corazón y así darle razones para que siga bombeando, no puedo pedirle todavía que vuelva a sentir tan fuerte como antes, pero al menos, que vaya poco a poco probando, volviendo a descubrir que hay sentimientos que puede disfrutar sin hacerse daño, y así, vaya al fin terminando de curar sus heridas.

Desearía ir a donde nunca he ido y perderme, mucho o poco tiempo, el que sea necesario, pasear entre la gente sin que me conozca, sin que me juzguen, hablar si quiero, y callar también si así lo deseo... perderme en la muchedumbre, escuchar sus pasos rápidos y lentos, notar su prisa y sus agonías, caminar si quiero, y sentarme si así lo deseo.

Desearía ir a donde nunca he ido para buscar un nuevo horizonte, ver un nuevo sol, aunque sea el mismo de siempre, y dejarme deslumbrar por esos paisajes diferentes bañados por los mismos rayos dorados que entraban por mi cueva, quiero que ahora sean distintos, y que ahora bañen mi piel en un lugar que no sea mi oscuridad.

Desearía ir a donde nunca he ido para volver de nuevo a ver atardecer y ese calor me inunde otra vez de sueños y pasión...


lunes, 28 de enero de 2013

Arcoiris

Entre fantasía y realidad, como un puente de cristal se alza el arcoiris entre el valle y la montaña, asomando al atardecer desde el balcón de mis sueños, donde me encuentro recostada viendo su resplandor entre las gotas de lluvia y los rayos de sol.

Estaba leyendo un libro al calor de la chimenea, con el sonido de la lluvia como música de fondo, cuando la banda sonora terminó y el sol tímido comenzó a pedir permiso para entrar a través de las cortinas; fue entonces cuando algo llamó mi atención, y envuelta en una suave bata salí al frío balcón, donde pude verlo y sentirlo con todo su esplendor, desde su comienzo a su fin, inundando mi vista con su color y belleza...

El viento arrastraba el dulce aroma del azahar que se mezclaba con las gotas de la fina lluvia que parecía dar descanso a su eterno llanto, terminando así de embellecer el hermoso paisaje de pinceladas verdes y marrones, con un salpicado de diamantes y coronando el entorno, el gran arcoiris; Dejo mi cuerpo caer sobre mi mano para soñar despierta como podría comenzar a explorar sus colores, uno por uno, y dejarme arrastrar por sus sentimientos: La pasión y el amor del rojo, la alegría y las ganas de vivir del amarillo, la esperanza y la ilusión del verde, la frescura y el encanto del azul, la sensualidad y el misterio del añil y la calma y sabiduría del violeta...

Tantos sentimientos, tan diferentes y unidos, podría deslizarme entre ellos y dejar que me acariciaran con suavidad mientras ando entre ellos, que llenen mi piel con su aroma, y adornen mi cabello con sus flores... A veces iré andando, y otras corriendo, descansando en algunos tramos, y bañándome en su azul, hasta que poco a poco consiga terminar su recorrido, desde su principio hasta su fin, donde quizás, encuentre el caldero de oro repleto de oportunidades, futuro y sueños...


martes, 8 de enero de 2013

Amor para todos, menos para mi

Mire donde mire, aunque ya no sea capaz de amar, todavía soy capaz de percibir el amor, sensación que me da miedo, pues puede que quizás despierte al que tanto ha sufrido y está ahora descansando, y por ahora, no debe volver a la realidad en una buena temporada, pues todavía no está preparado para la luz.

En mi gruta no entrará el amor, porque está claro que de mí, por ahora en una buena temporada, no va a salir nada salvo lágrimas y odio, dolor por como soy, odio por querer y no poder cambiar, dolor por pensar que no debería cambiar porque así soy, y rabia por ver que da igual como sea, la suerte ha decidido tomar un camino diferente para no cruzarse más conmigo, sin ni siquiera girarse para ver mis lágrimas.

El año hace poco que comenzó, le deseo amor a todo el mundo, menos para mí, no quiero hace latir de nuevo mi corazón, pues así es como lo han herido y todavía no sé en qué condiciones va a sobrevivir, por lo que, con toda mi pena, me lo he arrancado del pecho y lo he guardado en un cofre, ocultándolo en un lugar donde nadie lo encontrará, y cuando haya creado unas buenas barreras dentro de mi, lo recuperaré para guardarlo dentro de mi, pero sólo con la condición de que no va a amar, será simplemente un trozo de algo rojo que late porque es su función...

Todos van a poder ser capaces de amar en este mundo, menos yo, así es lo que me ha demostrado la vida, y así es como tiene que ser, no quiero volver a sentir nada, ni el deseo de besar, ni el anhelo de un suspiro, ni el calor de un abrazo... Quiero ser de piedra, así no volverán a herir a mi corazón, por eso, va a existir amor para todos, menos para mi.



martes, 1 de enero de 2013

Consejos para supervivientes

Año nuevo... ¿Se supone que vida nueva? no lo sé, yo por si acaso voy a seguir una serie de consejos para poder sobrevivir, que de nada me van a servir seguramente, creo que en breve iré cerrando la entrada de la cueva, total, si cada vez que intento salir, regreso a su interior peor.

1.- No hacer propuestas de año nuevo, después nunca se cumplen y sólo te acuerdas de ellas el 31 de Diciembre del mismo año que se hicieron (364 días desperdiciados cuando quizás se podría haber hecho algo, o no, ya es tarde para pensarlo).

2.- No intentar cambiar nada, pensar que las cosas van a ir mejor cambiando algunas cosas es un sueño que sólo unos pocos alcanzan, lo único que se puede conseguir, para aquellas personas que la buena suerte parece que nunca ha querido hacerle grandes favores, es que las cosas vayan peor.

3.- No llorar nunca en público, dicen que es bueno exteriorizar los sentimientos, pero en realidad, con eso, lo único que se consigue es que te tomen por alguna especie de imbécil y no te ayuden en nada, es muy fácil hablar cuando las cosas no les pasan a cada uno, y desde fuera, por mucho que te vean llorar, no se sienten tan roto y destrozado como una persona se puede sentir.

4.- No pensar en nada, ni en pasado, ni en presente, y totalmente prohibido en futuro, de poco sirve pensar en lo que ha pasado, en la situación actual, y eso desde luego no ayuda a arreglar el futuro que nadie sabe lo que va a pasar.

5.- No fiarse de nadie, ni de la propia sombra que parece fiel como la que más, pues hasta la lealtad más transparente siempre se puede quebrar, y parece que sigue hacia delante, y como un perro abandonado, siempre se quedan los mismos en el anden esperando que vuelvan... ¿Que vuelva quién? ¡No seas imbécil! ¡Nadie te va a volver a recoger!

6.- No volver a amar nunca más, es el más importante y quizás de todo lo escrito, el que mejor debería seguir, pues la esperanza no me ha llevado a nada en el último año que ha pasado, y sólo me ha desgarrado y desterrado a esta cueva. No le deseo a nadie esto último, todo el mundo debería amar, todos, menos yo...