domingo, 19 de junio de 2011

Mensaje en una botella

No sé con quién hablar en una tarde cualquiera, paseando por la playa en un atardecer, veo una botella vacía anclada en la arena, esperando volver al mar con algún mensaje que llevar, reflejando su triste pasado y su incierto futuro... la cojo y jugueteo con ella entre mis dedos, mirándolo todo a su través, pensando que quizás podría hablar con alguien a través de ella, podría expresar lo que el silencio habla, lo que duelen las promesas sin cumplir sin motivo, las palabras vacías que parecían tener sentido y eran simplemente letras unidas que parecían decir algo sin hacer nada... la sensación nostálgica de la espera eterna en la última estación de tren, sin nadie que salude en el andem, y sólo veas sombras alejarse y volviéndose grisáceas...

Podría escribir con suspiros lo extraño que es mirar fijamente un camino por el que se sabe que nadie va a pasar, pero una leve esperanza hace no cerrar los ojos esperando que una silueta pase por allí, el escalofrío al escuchar mi nombre en otros labios...

Podría escribir con lágrimas de sangre lo que queda en el alma cuando el corazón se rompe lentamente con cada noche solitaria que ha pasado mirando las estrellas, esos pequeños hermosos cristales que han ido desgarrando mi interior poco a poco, quedando sólo un suspiro que se pierde en la brisa...

Podría contar tantas cosas, todo aquello que no me atrevo, y dejarlo en esa botella que llevará mi historia muy lejos de allí, en un papel que nadie verá y con una tinta que nadie leerá, quedando de nuevo olvidada en una orilla en la mar... sería tan sencillo como ponerme a escribir, pero una lágrima me devuelve a la realidad, donde debo hablar con el silencio y dejar que la playa guarde mis secretos, llevándome la botella conmigo, para que al menos nadie la vuelva a abandonar.