martes, 17 de febrero de 2015

¿y sólo hay un día del amor?

Recién terminado el que se suele considerar el día más romántico del año, coincidiendo además que al ser sábado muchos los han denominado el fin de semana más romántico, me planteo el verdadero significado de esa palabra, y mientras más lo analizo, sin ánimo de ofender a nadie, creo que el término no es del todo correcto para un día concreto en todo el año. Si nos ceñimos a la definición de la Real Academia Española, la persona romántica es aquella sentimental, generosa y soñadora, el amor un sentimiento intenso del ser humano, hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. Simplemente con esa definición, sería egoísta definir entonces un sólo día esa mezcla de alegría y energía que podrían hacer cada día especial y único, no sólo la fecha señalada mundialmente en el calendario. 
No pretendo estar en contra de los detalles, las rosas y la poesía típica, lo único que quiero expresar es que el amor es algo más que un día, que un detalle, o que una simple rosa un día señalado, como dijo William Shakespeare "es amor bien pobre el que puede evaluarse", y damos importancia a un día en concreto en vez de dedicarnos a hacer que cada día sea especial, valorando a quien tengamos al lado, queriéndonos a nosotros mismos y a otros... El amor no se mide, no tiene límites, es algo más complejo e incontable que una caja de bombones, es la mezcla del aroma de una dulce rosa y su tacto de terciopelo, un amanecer cálido, un te quiero en cualquier momento, un abrazo inesperado, un beso robado, un gesto de confianza, no hacer que nadie se sienta solo, un sacrificio que no lo es como tal... todo eso, a pareja o amistades, se les puede ofrecer, no sólo un único día, si no todos los que se puedan, no hace falta recurrir a una rosa o un poema, simplemente con una mirada y un gesto, la señal inequívoca con la que digamos "aquí estoy" sin necesidad de hablar.

sábado, 14 de junio de 2014

Banda Sonora personalizada

Cada película tiene su propia música, melodías que la hacen inconfundible, y escuches donde la escuches, te recuerdan esa escena, acción o frase que la hizo tan conocida... Puede despertarte sensación de querer salir corriendo, acelerar un coche, mirar al cielo y ver las estrellas, besar a alguien, o despedirte de alguna manera original.

Eso desearía hacer yo, crear mi propia banda sonora, escuchar una música lenta cuando llore, o emotiva que me anime a mirar al cielo y buscar la luna, alguna canción pegadiza cuando voy andando por la calle, o misteriosa cuando pienso... Parece sencillo, es simplemente ir recolectando canciones, uniéndolas, buscando su sitio ideal para que encaje con mi forma de ser, pero no lo es.

Si cada persona hiciese lo mismo, fuera capaz de recopilar o crear la música que le defina, sería fácil conocerla, saber si en esos momentos está feliz, o triste... Somos lo que escuchamos, y escuchamos lo más parecido a nosotros, pero somos tan complejos, que creo que jamás tendríamos todas las canciones, siempre faltaría alguna, o no terminarían de definirnos, aunque sería una gran idea para al menos, poder expresarnos cuando las palabras no salen o son insuficientes.

Viento suave y lento, algunos acordes de piano, y vergonzosamente una guitarra, es la música que ahora me define, triste y llorosa, con sentimiento de culpa por haberme equivocado y saber que, quizás, no tenga solución mi error; no hay canción escrita ni notas todavía, no he encontrado la canción perfecta ni la banda sonora ideal que exprese cómo me siento, la situación y mi arrepentimiento, no soy diestra con los instrumentos y no sé nada de partituras, así que sólo será como un sueño en mi cabeza el poder realizar mi propia Banda Sonora. 


jueves, 20 de marzo de 2014

Gracias por nada

Gracias por hacerme creer que las cosas habían cambiado, que después de tanto tiempo había conseguir la normalidad y estabilidad que tanto ansiaba... Gracias por utilizarme, por hacerme creer un robot sin sentimientos, así sé cual es mi lugar... Gracias por fingir que me escuchas, para después darte la vuelta y hacerme sentir como si le hablara a una pared...

Desearía dar otras gracias, pero no puedo, el volver a creer en la humanidad ha hecho que ésta me vuelva a dar tan golpe, que ya sí que sé seguro que no puedo confiar en nada ni en nadie, ni siquiera en el papel que recoge mis palabras, en la pluma que escribe estas frases sin sentido, historia que nadie leerá, lágrimas que nunca mojarán otra cara, y sentimientos que nadie más sentirá...

Ya sí que sé cual es mi lugar, ser como un robot, hacer mi trabajo y tener prohibido el soñar, el sentir y el creer que puedo hacer cosas con otras personas, por lo que no sé a quien, quizás a mi misma persona le debo agradecer ser así, quizás me lo merezca, y tenga que darme las gracias por todo lo que me pasa, y sólo sea el castigo por intentar ser, al menos, una persona normal a la que le gustaría dar otro tipo de gracias.