Agotarse por realizar un esfuerzo duro es como una recompensa, pero agotarse por estar en situaciones en las que no puedes hacer nada, pese a todo el esfuerzo, es el peor cansancio que existe, pues te das cuenta que da igual lo que hagas, sea mucho o poco, pues no está en tu mano arreglar esa situación que necesitas buscarle una solución.
Ira, miedo, pena... una extraña mezcla para definir la impotencia, esa sensación que hace que explotes por dentro, para destrozarte y no conseguir nada, de repente te sientes invisible, con ganas de gritar una solución, algo para que termine todo, pero sabes que si lo haces no conseguirás nada.
La desesperación es terrible, el ver como todas tus fuerzas sólo sirven para agotarte aún más genera tal frustración que lo mejor, creo, es dejar el problema y huir durante unos instantes para buscar soluciones, otros caminos que lleven al mismo fin, intentando abandonar ese sentimiento de impotencia que consigue paralizarlo todo...
No es de cobardes parar y pensar, ni huir para volver, es lo sensato para evitar complicaciones mayores cuando esa sensación de impotencia nos invade, pero no debemos dejar que nos consuma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario