sábado, 30 de noviembre de 2013

A contracorriente...

Es difícil caminar, y todavía más complicado avanzar cuando te das cuenta que vas a contracorriente, obligándote a entrar en callejones oscuros, silenciosos, desde los cuáles se ve el bullicio, el ir y venir de las personas… Intento de nuevo volver a la calle, caminar con los demás, pero tome la dirección que tome, parecer ser la inadecuada, la que de nuevo me arrastra al callejón solitario.

Camino y camino, pienso y pienso, y quizás ese sea mi destino, no ir con ninguna corriente, no estar en ningún sitio, pasar por las vidas de las personas sin dejar huella, sin que me vean, siendo sólo el fantasma que va contracorriente…

Es doloroso desear lo sencillo, tener el anhelo por aquellas cosas que los demás no valoran y dan por sentado, tan fácil para ellos, tan imposible para mí, que debo aprender a vivir entre mis lágrimas, a caminar aguantando los empujones y que me esquiven por ir a contracorriente.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Encadenada

La libertad es un derecho muy mal valorado por aquellos que lo gozan, el que es libre no lo sabe, aunque si analizamos la sociedad actual, muy pocos son de verdad dueños de sí mismos. Todos parecemos libres, sin nada que condicione nuestras acciones y sentimientos, pero de alguna manera, unas invisibles cadenas van determinando cada uno de los movimientos que hacemos, y sin darnos cuenta, caminamos siempre siguiendo la guía que esos eslabones nos dicen.

Prácticamente casi todos estamos atados, somos esclavos de nosotros mismos, de cada cosa que nos dicen… ¡Maldita normalidad! ¿Quién te ha dictado? Guiamos lo que hacemos por encajar, ser iguales a quien tenemos al lado, otro pobre esclavo al igual que tú, temiendo decir algo diferente sin saberlo, andando de una determinada manera sin darse cuenta… Eso es lo peor, la ignorancia, hacemos lo que se considera correcto porque así se dicta, así lo vemos, pero, a veces, te das cuenta que la realidad tiene varias caras, y dentro de esa rectitud, el camino puede diferir, puedes seguir el sendero de la normalidad…

Pero a veces todo puede ser demasiado tarde, y esas cadenas invisibles comienzas a verlas, y es cuando te das cuenta que tu camino no sigue la normalidad, debes seguirlo para evitar complicaciones, pero es un camino lleno de espinas y dolor, las cadenas cada vez aprietan más, ahogan, se están tatuando en mi piel, y lamentablemente me están guiando por un camino donde sólo conozco las lágrimas, viendo el de los demás, que aunque encadenados, parece que su condena es mejor que la mía.

Libertad, amplio concepto, aroma deseado, anhelo encontrarla, romper cada eslabón, hacerlo desaparecer, y poder caminar y respirar sin pensar en la condena, quiero mi propio camino, mis propios errores, y mis propios pensamientos… No quiero que nadie lo haga por mí, si me caigo, seré yo, si río, seré yo, pero que nadie diga lo que pienso sin que no sean mis labios lo que lo digan, o digan lo que hago si no ha sido mi cuerpo el que se ha movido… Sólo quiero mi alma libre.