lunes, 30 de julio de 2012

Tiempo...

Tic tac... el tiempo va pasando... tic tac... nunca se va a detener... tic tac, otro minuto ha pasado, otro segundo que jamás regresará, otro instante esfumado, otra hora perdida, sin poder recuperarla, pues ese reloj maldito no quiere dejar de hacer ruido, me mira de lejos y me sentencia con sus manecillas, recordándome que jamás se podrá retornar hacia atrás. Da igual que lo descuelgue, que intente arreglar cada una de sus oxidadas manecillas, y que espere a cambio el favor de volver hacia atrás el tiempo suficiente como para aprender a no sentir, a ser una piedra; no, en vez de eso, el continua haciendo su incansable ruido, tampoco tiene culpa, para eso fue creado, para marcar el imparable e inmortal tiempo, que nos recuerda cada día que nunca va a volver hacia atrás, pero tampoco puede decir el futuro.

Tic tac... daría cualquier cosa por parar ese ruido, por volverlo hacia atrás y cambiar tantas cosas, pero ya es imposible, y en el aire sólo se escucha el incesante tic tac...



sábado, 28 de julio de 2012

Alma errante

Al fin el mar de lágrimas consigue ahogar mi alma, dejándola agotada y vagando sin sentido, sabiendo que su lugar es ser como una estrella errante y solitaria, sin principio, sin fin, simplemente intentando sobrevivir en un agitado mundo que nunca conseguirá entender... 
Todas sus fuerzas se han apagado, ya no quedan ni las ascuas del antiguo fuego que impulsaba sus decisiones, ya no tiene nada por qué luchar, pues nadie le ha dado motivos para seguir luchando por algo que ni siquiera ha existido nunca; el intento por tener esperanzas ha convertido a mi alma en un ente frío y muerto, me ha convertido en un fantasma en vida, invisible al mundo, roto de sentimientos, vendiendo sus restos al mejor postor para crear la armadura más dura jamás conocida, y así, poder al menos seguir viendo desde la oscuridad lo extraño de un mundo al que raramente perteneceré.
Sombras, dolor, llanto... son los huéspedes de mi alma, han creado una fortaleza oscura que no permite la entrada de luz, ¿para que ver cuando no te van a ver? ¿para que escuchar cuando no te van a oír? ¿para que sentir, cuando nadie te va a sentir?
Dejo huellas en la arena, pero no dejaré camino, pues el mar borra mi destino y oculta mis lágrimas, saladas y frías, que bajo la luz de la luna, ya ni brillan ni purifican, sólo ahogan gritos y refuerzan el futuro errante.


martes, 24 de julio de 2012

Lágrimas

A veces las lágrimas son la única salida, no hay nada más que pueda aliviar, y a la vez, romper los delicados hilos que a duras penas han conseguido mantener la fuerza suficiente para no caer al andar, pero en un momento determinado, el camino ha cambiado, y los pies, cansados, van dejando huellas de sangre y dolor. No es un golpe fuerte, ni una caída lo que se siente, es un estallido de sufrimiento, como si se rompiera un gran cristal y cada fragmento se incrustara en la piel y fuera poco profundizando hasta el corazón, rompiendo desde dentro un alma marchita y muerta, cansada de luchar por nada, de gritar sin ser oída, de pasar entre las personas como un alma errante de la que nadie ve, ni sus lágrimas, ni sus cadenas...


viernes, 6 de julio de 2012

Aprendiendo...

He aprendido a vivir sin aire y sin corazón, estoy dejando que sus restos se vayan lentamente muriendo, sin opción a más oportunidad, renunciando a toda esperanza, ahogando sus gritos en salados mares de lágrimas, no permitiendo más latidos... en su lugar, colocaré un reloj para que el cuerpo inerte pueda continuar vagando sobre la arena, sin dejar huellas, intentando perderse pero sin lograrlo.
Todo parece la eterna tortura de un infeliz fantasma del pasado que intenta huir de él, pero no puede llegar al futuro, y vaga desesperado por el presente, arrastrando sus cadenas, evaporando sus sueños, deseando lo imposible, llorando sin que nadie le vea, chillando sin que nadie le escuche, sólo la soledad de la luna y el ruido de sus cadenas...