domingo, 12 de julio de 2009

Despedidas

Las despedidas, como todo en esta vida, pueden ser dulces o amargas, o en algunos casos, agridulces, porque existen palabras difíciles de decir en determinadas circunstancias, y una de ellas, es decir adiós sin saber cuándo volverás a ver a esa persona o a ese grupo, sin una fecha que indique un próximo encuentro, aunque sea fugaz, sin un lugar concreto que diga "aquí te espero"...
Es una palabra que dice mucho, y a la vez, tan poco... En un segundo hace recordar la hora concreta en la que alguna vez se quedó, el sitio que siempre se recordará por ser donde se esperó, una risa, un abrazo, o incluso lágrimas, que eran tan amargas en aquella ocasión, y ahora parecen tiernas en comparación con las que guardas con todas tus fuerzas para evitar que salgan...
Quizás el miedo a decir adiós es no saber qué pasará después, aunque todo siga, siempre se añorará algo, pero el temor al no haber un mañana parecido al día de hoy puede notarse en lo largas que se hacen algunas despedidas...

domingo, 5 de julio de 2009

Mi última batalla

En unos días todo habrá terminado oficialmente, y quizás, uno de los pocos sueños que pueda tener, se hayan hecho realidad, y me siento contenta, pues al menos he conseguido terminar algo, pero se han quedado tantas cosas en el camino, tantas ilusiones, que algunas ni esperaba perderlas...

Cumplo ilusiones, veo un futuro, pero en ese futuro, hay demasiadas incógnitas, y lo que he tenido que pagar por llegar a donde he llegado, creo que ha sido desbordado... He confiado demasiado, he ofrecido demasiado, y esperado más de lo que, en alguna parte de mi subconsciente, sabía que nunca iba a recibir, y así ha sido, confinándome de nuevo a seguir mirando en silencio al mundo, a esperar mi momento para actuar.

Las batallas perdidas son las que se libran sin causa, y a veces, luchar en tantas sin sentido hace que, desgraciadamente, sin saber por qué, en un momento importante, nadie de la cara por tí; no sabes por qué, pero es así, es un triste juego en el que sabes que siempre vas a perder, hagas lo que hagas... Me involucré en una batalla, y lo he perdido todo, luché por mi, y pero nadie más lo hizo, y así me quedé, sola en un mar de dudas y dolor, pues puse una sencilla prueba, y nadie quisó hacer nada, demostrando más con el silencio que con mil palabras.

El daño ya está hecho, era un final concertado donde ya se sabía, por desgracia, lo que iba a pasar, pero me quedan muchos meses para reflexionar entre libro y libro, y esta última batalla hasta Enero la voy a librar sola, sin buscar aliados, pues es mi futuro lo que apuesto, y nadie me va a detener...

Tengo una causa por la que luchar, tengo un futuro por el que arriesgarlo todo, y merece la pena, pues he aprendido del dolor, y las cosas han cambiado mucho, y si nadie lo quiere ver, eso ya no es problema mío, pero que ya no vuelvan a buscar a mi antigua yo, que esa, desapareció.