No me conoces ni yo a ti tampoco, pero en este banco bajo la lluvia estamos los dos sentados y la desesperación hace que el silencio que habita en mí se rom
pa en mil pedazos y seas tú, por estar ahí sentado ahora mismo, el que escuche su estruendo. No espero que me entiendas, me parecería lógico que huyeras, pues sólo me ves llorar y llorar, sin encontrar palabra de consuelo...
pa en mil pedazos y seas tú, por estar ahí sentado ahora mismo, el que escuche su estruendo. No espero que me entiendas, me parecería lógico que huyeras, pues sólo me ves llorar y llorar, sin encontrar palabra de consuelo...
Ahora que lo pienso, tampoco vas a ver mis lágrimas, sólo el reflejo de ellas que han mojado y corrido esta tinta, camuflándose con las gotas que han caído también sobre ella; Todos cometemos errores en esta vida, ahora mismo seguro que al leer la palabra "error" te ha venido alguno a la mente, alguna cosa que hiciste, o no hiciste, hace mucho o poco tiempo, de lo que te arrepientes y ya es tarde para arreglarlo. Nadie está exento de culpa,
pero si algo he aprendido de la vida es que el tiempo lo borra todo, es
como un leve viento que va arrastrando las hojas, las palabras, y sutilmente
van desapareciendo las huellas, las sombras, hasta que desapareces tú...
No soy especial, no ganaré un concurso de belleza, y como todas las personas tengo mis manías, quizás demasiado carácter, quizás algo falló que hizo que en su momento no hablara lo que hablo ahora, no tuve valor para intentar arreglar las cosas, o al menos, cambiar las formas de hacerlas, aunque claro, el futuro incierto hace que tampoco pueda saber si en ese momento las cosas hubieran cambiado a como están ahora. No puedo darte consejos sobre cómo vivir o arreglar tus problemas, no soy la persona indicada, sólo puedo decirte que no dejes que el viento te borre ni borre tus palabras, intenta hacer o no hacer las cosas cuando puedas, y si ves un fallo, arréglalo lo antes posible, no esperes a ese traidor del tiempo, que también borrará las pistas para que el camino vuelva a aparecer... o quizás no...
Nunca me has visto ni nunca me verás, soy una persona como tú, con derecho a reír, soñar y hacer todas las cosas que hacen las personas normales, pero por traspiés de la vida, el mundo parece huir de mí, y a eso me deberé acostumbrar, a ser un fantasma entre las masas, llorando sin ser vista, gritando sin ser escuchada, sólo dejando estas palabras en esta carta a ti, un extraño.
No soy especial, no ganaré un concurso de belleza, y como todas las personas tengo mis manías, quizás demasiado carácter, quizás algo falló que hizo que en su momento no hablara lo que hablo ahora, no tuve valor para intentar arreglar las cosas, o al menos, cambiar las formas de hacerlas, aunque claro, el futuro incierto hace que tampoco pueda saber si en ese momento las cosas hubieran cambiado a como están ahora. No puedo darte consejos sobre cómo vivir o arreglar tus problemas, no soy la persona indicada, sólo puedo decirte que no dejes que el viento te borre ni borre tus palabras, intenta hacer o no hacer las cosas cuando puedas, y si ves un fallo, arréglalo lo antes posible, no esperes a ese traidor del tiempo, que también borrará las pistas para que el camino vuelva a aparecer... o quizás no...
Nunca me has visto ni nunca me verás, soy una persona como tú, con derecho a reír, soñar y hacer todas las cosas que hacen las personas normales, pero por traspiés de la vida, el mundo parece huir de mí, y a eso me deberé acostumbrar, a ser un fantasma entre las masas, llorando sin ser vista, gritando sin ser escuchada, sólo dejando estas palabras en esta carta a ti, un extraño.