sábado, 26 de octubre de 2013

Palabras a un extraño

No me conoces ni yo a ti tampoco, pero en este banco bajo la lluvia estamos los dos sentados y la desesperación hace que el silencio que habita en mí se rom
pa en mil pedazos y seas tú, por estar ahí sentado ahora mismo, el que escuche su estruendo. No espero que me entiendas, me parecería lógico que huyeras, pues sólo me ves llorar y llorar, sin encontrar palabra de consuelo...

Ahora que lo pienso, tampoco vas a ver mis lágrimas, sólo el reflejo de ellas que han mojado y corrido esta tinta, camuflándose con las gotas que han caído también sobre ella; Todos cometemos errores en esta vida, ahora mismo seguro que al leer la palabra "error" te ha venido alguno a la mente, alguna cosa que hiciste, o no hiciste, hace mucho o poco tiempo, de lo que te arrepientes y ya es tarde para arreglarlo. Nadie está exento de culpa, pero si algo he aprendido de la vida es que el tiempo lo borra todo, es como un leve viento que va arrastrando las hojas, las palabras, y sutilmente van desapareciendo las huellas, las sombras, hasta que desapareces tú...

No soy especial, no ganaré un concurso de belleza, y como todas las personas tengo mis manías, quizás demasiado carácter, quizás algo falló que hizo que en su momento no hablara lo que hablo ahora, no tuve valor para intentar arreglar las cosas, o al menos, cambiar las formas de hacerlas, aunque claro, el futuro incierto hace que tampoco pueda saber si en ese momento las cosas hubieran cambiado a como están ahora. No puedo darte consejos sobre cómo vivir o arreglar tus problemas, no soy la persona indicada, sólo puedo decirte que no dejes que el viento te borre ni borre tus palabras, intenta hacer o no hacer las cosas cuando puedas, y si ves un fallo, arréglalo lo antes posible, no esperes a ese traidor del tiempo, que también borrará las pistas para que el camino vuelva a aparecer... o quizás no...

Nunca me has visto ni nunca me verás, soy una persona como tú, con derecho a reír, soñar y hacer todas las cosas que hacen las personas normales, pero por traspiés de la vida, el mundo parece huir de mí, y a eso me deberé acostumbrar, a ser un fantasma entre las masas, llorando sin ser vista, gritando sin ser escuchada, sólo dejando estas palabras en esta carta a ti, un extraño.



 

martes, 15 de octubre de 2013

Falsas palabras

No existen promesas reales ni buenas palabras, el engaño la gran realidad, la amabilidad la gran mentira, y cuando te das cuenta estás en el fondo del abismo sin nadie a tu alrededor que te ayude, con todas esas dulces palabras rebotando en las rocas y haciendo que te caigan encima...

Ilusos los que se creen las promesas, esas falsas palabras disfrazadas de bondad que son como las balas de una pistola sin escrúpulos, o te haces con un buen escudo, o te dejarán en el peor de los estados. Si poco creía en el mundo, a partir de ahora voy a creer mucho menos, ya no existe la humanidad, ni siquiera puedo creer en las respuestas de las preguntas más sencillas, por puras y sinceras que parezcan...

Estoy cansándome de tanta ingratitud y maldad, de tantas balas navegando por mis venas y dañándome una y otra vez, de verme en el suelo sin poder levantarme, con miles y miles de falsas palabras haciendo eco en mi interior...

domingo, 13 de octubre de 2013

El desconocimiento

El no saber lo que otra persona está pensando o sintiendo complica las situaciones más de lo que creemos, y una simple palabra puede herir más de lo que nos podemos imaginar... Nadie es perfecto y nadie está absuelto de culpa en el juego de la maldad, pero cuando intentamos explicar las normas del juego, o desarmarlo, te das cuenta que la otra persona no quiere entrar en razones, y sigue hiriendo más y más...

No somos consciente del poder que tienen nuestras palabras hasta que vemos la reacción en los demás, pero seguimos siendo tan tontos que aun así no nos terminamos de dar cuenta hasta que nos pasa lo mismo a nosotros, y es cuando intentamos solucionarlo todo, indagar en lo sucedido, y nos damos cuentas del error cometido...

El impulso es irracional, la ira incontrolable, pero quizás el poder pensar unos pocos segundos antes de hacer cualquier cosa se pueda hacer, como una disciplina, el control de la mente y los sentimientos; Es complicado negar lo que el corazón llora o late, es difícil mandar silenciar esa neurona que sólo piensa y piensa, pero se puede intentar buscar el término medio para encontrar el camino que, aunque no silencie ni al alma ni a la mente, al menos se consiga ser inmune para no escucharlos y poder sobrevivir, sin hacer daño, y sin al menos ser conscientes de que nos lo están haciendo.

Siento la incomprensión rodeando cada poro de mi cuerpo, la misión frustrada de intentar hablar y encontrar solamente muros de piedra que no quieren escuchar, martilleando en mi cueva una y otra vez, tirando cada piedra sin ni siquiera intentar saber lo que quiero decir.



sábado, 12 de octubre de 2013

Impotencia

Agotarse por realizar un esfuerzo duro es como una recompensa, pero agotarse por estar en situaciones en las que no puedes hacer nada, pese a todo el esfuerzo, es el peor cansancio que existe, pues te das cuenta que da igual lo que hagas, sea mucho o poco, pues no está en tu mano arreglar esa situación que necesitas buscarle una solución.

Ira, miedo, pena... una extraña mezcla para definir la impotencia, esa sensación que hace que explotes por dentro, para destrozarte y no conseguir nada, de repente te sientes invisible, con ganas de gritar una solución, algo para que termine todo, pero sabes que si lo haces no conseguirás nada.

La desesperación es terrible, el ver como todas tus fuerzas sólo sirven para agotarte aún más genera tal frustración que lo mejor, creo, es dejar el problema y huir durante unos instantes para buscar soluciones, otros caminos que lleven al mismo fin, intentando abandonar ese sentimiento de impotencia que consigue paralizarlo todo...

No es de cobardes parar y pensar, ni huir para volver, es lo sensato para evitar complicaciones mayores cuando esa sensación de impotencia nos invade, pero no debemos dejar que nos consuma.