jueves, 20 de marzo de 2014

Gracias por nada

Gracias por hacerme creer que las cosas habían cambiado, que después de tanto tiempo había conseguir la normalidad y estabilidad que tanto ansiaba... Gracias por utilizarme, por hacerme creer un robot sin sentimientos, así sé cual es mi lugar... Gracias por fingir que me escuchas, para después darte la vuelta y hacerme sentir como si le hablara a una pared...

Desearía dar otras gracias, pero no puedo, el volver a creer en la humanidad ha hecho que ésta me vuelva a dar tan golpe, que ya sí que sé seguro que no puedo confiar en nada ni en nadie, ni siquiera en el papel que recoge mis palabras, en la pluma que escribe estas frases sin sentido, historia que nadie leerá, lágrimas que nunca mojarán otra cara, y sentimientos que nadie más sentirá...

Ya sí que sé cual es mi lugar, ser como un robot, hacer mi trabajo y tener prohibido el soñar, el sentir y el creer que puedo hacer cosas con otras personas, por lo que no sé a quien, quizás a mi misma persona le debo agradecer ser así, quizás me lo merezca, y tenga que darme las gracias por todo lo que me pasa, y sólo sea el castigo por intentar ser, al menos, una persona normal a la que le gustaría dar otro tipo de gracias.

sábado, 1 de marzo de 2014

Errores continuos...

La piedra no se mueve, se mantiene en el mismo sitio una vez, y otra vez, siempre la veo, pero entonces ¿por qué siempre me tropiezo con ella? Van pasando los años y ahí sigue, y yo sigo tropezando con ella. No sé porque insisto en seguir saliendo de la cueva, si cuando parece que las cosas van bien, de nuevo cometo los mismo errores y vuelvo a verme en la oscuridad…

Errores y errores, es todo lo que me rodea, da igual a donde me lleve el viento, que la maldición me sigue, es mi señal, tatuada en mi piel y en mis gestos, tatuaje de tinta invisible grabado a fuego, que se siente nada más aparezco, recordando mi maldición, haciéndome de nuevo sentir sola.

Siguen los errores, quizás el primero de todos es creer que puedo ser persona, que puedo hacer lo mismo que los demás, cuando no puedo, sólo estoy creada para hacer mi trabajo y ver cómo los demás disfrutan una felicidad que me ha sido arrebatada y prohibida, permitiéndome ver el mundo entre lágrimas, aliadas y enemigas, que caen sobre mi tatuaje, reviviendo mi maldición eternamente.