He aprendido a vivir sin aire y sin corazón, estoy dejando que sus restos se vayan lentamente muriendo, sin opción a más oportunidad, renunciando a toda esperanza, ahogando sus gritos en salados mares de lágrimas, no permitiendo más latidos... en su lugar, colocaré un reloj para que el cuerpo inerte pueda continuar vagando sobre la arena, sin dejar huellas, intentando perderse pero sin lograrlo.
Todo parece la eterna tortura de un infeliz fantasma del pasado que intenta huir de él, pero no puede llegar al futuro, y vaga desesperado por el presente, arrastrando sus cadenas, evaporando sus sueños, deseando lo imposible, llorando sin que nadie le vea, chillando sin que nadie le escuche, sólo la soledad de la luna y el ruido de sus cadenas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario